Según la ONU, en Chile, el 75% de los niños es víctima de maltrato por parte de sus padres y, a juicio de los expertos, los estudiantes criados en la violencia, repetirán ese comportamiento en el aula.
Hace un tiempo un estudiante me mostró un cómics donde aparecía en una primera escena, (década de los 80) un profesor informando a unos padres de la expulsión de su hijo del establecimiento; en un segundo cuadro (años 90), aparecía un alumno agrediendo a un profesor por haberle puesto una mala calificación; luego (actualidad) mostraba unos padres con su hijo expulsando a un profesor a golpes del colegio por reprobarlo.
Sin duda, la agresión tiene que ver con la repetición de patrones familiares, pero para encauzar ese comportamiento tenemos que ser concientes que además, es un problema de liderazgo y tiempo. Si un estudiante es capaz de reconocer aspectos de liderazgo en la autoridad, es menos probable que use la agresión. De la misma forma, ninguna persona que se considere un referente positivo va a ocupar la agresión física como una forma de enfrentamiento.
Entonces, además de las sanciones propuestas por el Ministerio, es necesario desarrollar planes de mejoras globales. Por ejemplo, medidas de intervención para reconstruir el temperamento de los estudiantes como líderes positivos. Y lo que es también urgente, lograr que la comunidad escolar -autoridades, alumnos, profesores y familias- revaloren hoy el sentido de autoridad bien ejercida que debe tener un profesor dentro y fuera del aula en nuestros tiempos.
Gonzalo Vallejo
Director de Gestión Académica
Sede Viña del Mar
UDLA
Octubre 25 de 2010