
Esta es una de las interrogantes que el profesor Germán Fernández, perteneciente al Instituto de Ciencias Naturales, se encuentra investigando en su laboratorio y cuyos resultados fueron presentados en la última reunión de la Sociedad Chilena de Neurociencias que se llevó a cabo durante la última semana de noviembre en la ciudad de Puerto Varas.
En la presentación de su trabajo, financiado íntegramente por la Dirección de Investigación de nuestra universidad, el profesor mostró cómo los insectos son capaces de adaptarse al estrés que les produce perder una de sus patas, un evento relativamente frecuente durante las mudas o, bien, cuando son atacados por depredadores.
Los datos del profesor Fernández sugieren que los insectos son capaces de adaptar su marcha como respuesta inicial, aumentando la velocidad a la que se desplazan. Este aumento genera cambios a largo plazo que les permite “compensar” y retornar a un patrón de marcha similar al que tenían antes de la amputación.
“Esta investigación, realizada totalmente en nuestra universidad, nos permitirá conocer cómo los insectos aprenden a adaptarse a una nueva condición y las consecuencias que esto tiene a nivel sináptico. Esto, quizás más adelante, podría permitirnos saber cómo diseñar algoritmos que logren adaptarnos a la pérdida de extremidades”, declaró el profesor.
El académico, que actualmente se encuentra a punto de iniciar un Doctorado en Neurociencias en la Universidad de Santiago, espera publicar los resultados finales de su investigación dentro de los próximos meses.