Aún cuando las drogas y los crímenes se encuentran juntos o estén correlacionados, no ha sido posible demostrar su conexión causal. Sí es posible reconocer que la asociación entre drogas y delitos comprende tres dimensiones principales: las infracciones a la ley de drogas; los delitos que se cometen bajo la influencia de alguna droga, que nos lleva a analizar el probable perfil delictual; y los delitos que se cometen con el motivo de proveerse de drogas, que nos remite al probable perfil adictivo.
En este mismo sentido, se puede apelar al modelo tripartito de P. Goldstein, el cual plantea que como resultado de la ingestión de sustancias específicas, algunas personas pueden volverse más irracionales y cometer un delito. O, funcionalmente, se involucran en delitos para adquirir drogas. Asimismo, y como tercer punto, está que la violencia es intrínseca a la involucración con una sustancia ilícita, ya que se refiere a las pautas de interacción agresiva dentro del sistema de distribución y uso de drogas.
En nuestro país existen algunos estudios acerca de esta asociación, generalmente realizados con población en privación de libertad, por lo que falta profundizar en factores que den cuenta de tendencias y de características específicas del problema.
Es inaplazable atender a las causas subyacentes de la asociación que se busca, es decir, atender aquellos factores que bien pueden dar origen al consumo de drogas, o bien a la violencia, o ambas.
Hace más de una década, en el Décimo Congreso de la ONU (Viena, 2000) se establecía que existirían niveles más altos de delincuencia y violencia cuando se daban algunas condiciones, como discriminación y exclusión social, aceptación o promoción de una cultura de violencia y degradación de los entornos urbanos y de los vínculos sociales.
¿Cuántos de estos factores subyacen en las motivaciones y conductas de las personas que cometen crímenes y/o que usan drogas? ¿Cuántos de estos factores nos preocupan como sociedad?
Estimo de toda justicia cerrar esta reflexión señalando que es importante tener presente que la mayoría de los consumidores de drogas no cometen delito y, un porcentaje importante de las personas que cometen delito, han consumido drogas.
Nancy Fuentes F.
Directora Escuela de Trabajo Social.
UDLA.
Agosto 30 de 2011.