Frente a los últimos acontecimientos que han abrumado y sorprendido a nuestro país, la psicología no puede estar ajena. Se ha comentado mucho acerca de las consecuencias que conlleva el encierro prolongado de los mineros, como son la ansiedad, el estrés postraumático, desgaste físico, entre otros, pero también es importante, destacar algo positivo: el liderazgo en situaciones de crisis y/o emergencia.
El liderazgo es la capacidad de influir en un grupo para lograr una meta. En este caso, es mantener al grupo cohesionado en la consecución de un gran objetivo, la supervivencia.
Los líderes generalmente desarrollan una visión de futuro. Son capaces de alinear a la gente e inspiran en los demás las ansias por superar los obstáculos. Es el caso de Luis Urzúa, jefe de turno, quien desde el primer momento estableció un régimen de racionamiento alimenticio.
Este accidente, que mantiene a 33 personas atrapadas bajo tierra y a sus familias, -ahora más tranquilas tras comprobarse que están vivas-, entrega innumerables lecciones para el país en términos de seguridad. Sin embargo, también nos enseña la importancia de potenciar el liderazgo, una cualidad que se fortalece con el paso de los años y la experiencia, como ocurre con Luis Urzúa a sus 53 años. Él, a pesar de la dura situación, entendió que el interés y respeto por las necesidades del otro son fundamentales para mantener a un grupo unido.
Su consideración por los demás y la generación de confianza mutua es algo que nos debe hacer pensar, sobre todo en una sociedad que cada día valora menos la experiencia que sólo pueden entregar los años.
Jonathan Martínez L.
Psicólogo
Director Carreras de Salud, Psicología y Rehabilitación
UDLA
Agosto 27 de 2010