Los resultados presentados en el estudio nacional Conace, que evidencian un aumento en el consumo de drogas en adolescentes de 4to a 8vo básico, son alarmantes. Sin embargo, esto no sorprende, puesto que las experiencias que viven los profesores a diario en las escuelas son incluso más dramáticas que los resultados que se presentan en la encuesta. Se podría inferir que las tendencias de la sociedad son el reflejo de lo que ocurre en las unidades educativas, ya que los problemas en la convivencia escolar, violencia y/o inclusión son cada día más complejos de solucionar, permitiendo que se generen espacios apropiados para la instalación de agentes nocivos en dichos contextos.
Es en este escenario aparece una alternativa que puede contribuir a combatir estas tendencias, el profesor de educación física. Este profesional tiene la posibilidad de influir directamente en las decisiones de sus estudiantes al momento de encontrarse en situaciones de riesgo, debido fundamentalmente a las características propias de su profesión: el desarrollo de una clase de actividad física ofrece la valiosa oportunidad a docentes formados en el desarrollo de habilidades blandas, donde el aspecto afectivo juega un rol fundamental, convertirse en modelos integrales donde los estudiantes que presentan carencias puedan reflejarse. Esto se relaciona con la prevención de conductas y con el fomento de la resiliencia en la escuela donde el enriquecimiento de los vínculos, enseñar habilidades para la vida, brindar afecto y apoyo, establecer y transmitir expectativas elevadas y brindar oportunidades de participación significativas aparecen como pilares de desarrollo fundamentales.
Para esto se requiere además de una formación universitaria que incorpore estos conocimientos, de un profesor comprometido e involucrado con sus estudiantes. Si esto último no sucede, los modelos son más frágiles y no ayudan a influir positivamente en los alumnos.
Un profesor de educación física es agente de cambio al interior del sistema escolar, y el único que tiene por objetivo el cuidado del cuerpo, desarrollo, estimulación motora y equilibrios antropométricos. Sin embargo, al desempeñarse en un ambiente de aprendizaje distinto al tradicional, que permite por medio de los juegos, la recreación y los deportes, la interacción cercana con sus estudiantes, sería un error encasillarlo a este ámbito, sin considerar el valioso aporte que puede entregar al combate de los males que actualmente aquejan a nuestros niños.
Octavio Alarcón
Director Escuela de Pedagogía en Educación Física
UDLA
Julio 20 de 2010