¿Cómo se debe vestir en invierno? ¿Cuáles son los artículos básicos para protegerse del frío? ¿Qué significa vestirse en capas? ¿Qué materiales son los más indicados para conservar el calor corporal?
Vestirse adecuadamente es imprescindible para conservar la salud y llevar adelante las rutinas de la vida cotidiana. ¡Claro que se puede salir en invierno! Resulta, además, recomendable hacerlo. Solo hace falta resguardarse del frío con la indumentaria correcta. Así, la recreación al aire libre proporcionará un goce especial: practicar deportes, pasear por la ciudad, ir de compras o, simplemente, tomar el aire fresco.
Los siguientes consejos ayudarán a entender la dinámica de vestirse apropiadamente para defenderse del frío y disfrutar del invierno:
Usar capas de ropa
El consejo de oro para salir de forma abrigada y funcional durante el invierno consiste en colocarse la ropa en capas. Con esta técnica se controlan el frío y la humedad y se conserva el calor corporal.
En general, se aconsejan tres capas, dependiendo de la faena por realizar y de la temperatura exterior. Si se llevan pocos artículos, el cuerpo se enfría de inmediato. Si se portan demasiadas prendas, se suda tanto que la ropa se humedece y hasta se puede resfriar.
Este mismo procedimiento se aplica a los niños, quienes no saben lidiar con la sensación de frío y no expresan de manera espontánea si necesitan estar más abrigados. Es, entonces, responsabilidad de los adultos vigilar con frecuencia el calor corporal de los pequeños y la humedad de las prendas, para ir ajustando las capas del modo más conveniente.
Se aconseja distribuir las capas de ropa en el siguiente orden dependiendo de las actividades a realizar y de la temperatura exterior:
Primera capa: va ajustada al cuerpo, imitando una segunda piel, y se compone de camiseta con mangas largas y pantalones largos. Su función, absorber la humedad y mantener la piel seca y caliente. Las fibras naturales (lana y merino) son ideales. También las sintéticas, como el poliéster o cierto tipo de membranas plásticas de alta tecnología. Se desaconseja el algodón, pues se humedece y enfría la piel.
Segunda capa: conserva el calor corporal, aislando la humedad que absorbe de la primera y enviándola hacia la capa externa. Las prendas se llevan un poco más sueltas que las de la primera capa, deben tener cualidad de cortaviento y, en su elaboración, se recomiendan mucho las fibras sintéticas, entre las cuales se destaca el polar.
Tercera capa: la más externa, que cubre, resguarda y sirve de barrera contra el viento, la lluvia y la nieve. Es necesario que sea impermeable, holgados para que no presionen las dos capas interiores. Por consiguiente, se recomienda una talla más grande de la habitual. Los abrigos de invierno para este nivel suelen confeccionarse con una mezcla de materiales sintéticos y naturales. En verdad, lo elaborado con fibras sintéticas es más ligero. A esto se agrega que, por razones ecológicas, muchos descartan la utilización de piel animal, aunque quedan algunos que prefieren este material.
Protege la cabeza y las extremidades
El atuendo invernal se considera incompleto sin los artículos para la cabeza y las extremidades. Es de suma importancia protegerse la cabeza contra el frío, el viento y la humedad con un buen gorro que tape hasta las orejas. Este, por lo general, se lleva debajo de la capucha impermeable que suelen tener los abrigos de invierno. Pueden añadirse orejeras, según el gusto y nivel de calor que se desee. Resulta imprescindible una bufanda, la cual impide que el frío se cuele por el espacio que dejan los abrigos a nivel del cuello.
En las extremidades superiores e inferiores también puede adoptarse la técnica de las capas, si conviene. Se sugiere que las manos nunca queden al descubierto.
En los pies se necesitan dos pares de calcetines: los primeros, delgados y ajustados al pie para absorber el frío; y los segundos, preferiblemente de lana, merino u otra fibra natural o sintética, para cumplir una función de aislamiento térmico. La atención a las extremidades es una prioridad, pues la sensación de frío comienza muchas veces por unos pies y unas manos mal abrigados.
Elige buenos zapatos de invierno
Comprar buenos zapatos de invierno es la garantía de confort y protección para caminar sobre los charcos de lluvia, hielo, y son elaborados con materiales impermeables (principalmente cuero). Su aislamiento aumenta con la inserción de plantillas de fieltro u otro material térmico.
Busca los materiales correctos
Para la vestimenta propia del invierno se emplean las fibras naturales o sintéticas, especialmente concebidas para preservar el calor corporal y aislar el frío y la humedad. Por eso, hay que olvidarse del algodón y la tela de jean o denim, pues se humedecen con facilidad y enfrían la piel. Entre las fibras naturales se distinguen la lana (de cabra, oveja, alpaca y vicuña) y la fibra de merino, utilizada con preferencia como primera capa.
En el grupo de las fibras sintéticas se encuentran cientos de tipos, producidos con alta tecnología para ofrecer aislamiento y sensación térmica, al mismo tiempo que brindan comodidad y libertad de movimiento. Con esas fibras se hacen abrigos, chaquetas, camperas, suéteres, pantalones, bufandas, gorros, guantes, medias y zapatos. Numerosas personas se inclinan por los artículos con tejidos sintéticos, por considerar que aíslan mejor la humedad y dan mayor libertad de movimiento, debido a su ligereza y poco peso.
Las marcas más reconocidas de prendas de vestir invernales utilizan las fibras sintéticas de alta tecnología para sus productos especializados en actividades al aire libre y práctica deportiva. La mayor parte de su producción se usa en la ciudad, donde brindan máxima protección y comodidad.
Se enfatiza que una propiedad obligatoria en cualquier prenda invernal, sobre todo si cumple la función de tercera capa, radica en la impermeabilidad. Por esa razón, si alguna carece de resistencia al agua, no favorecerá de modo adecuado al comprador.
Revisa las etiquetas
Aprender a leer con cuidado las etiquetas es fundamental para adquisiciones inteligentes de artículos funcionales y en verdad útiles y durables. En las etiquetas del vestuario invernal de calidad se identifica el tipo de fibra empleado en su confección, aparte de la defensa térmica que proporciona, indicada en grados Celsius (símbolo °C) o Fahrenheit (símbolo °F).
Además, puede leerse si es impermeable o resistente al agua, características similares, pero no idénticas. Cuando resiste al agua (“water proof”) significa que el tejido ha sido objeto de un tratamiento exterior que facilita el deslizamiento del agua por la superficie. A menudo, son telas transpirables, ligeras, y su capacidad de resistir al agua se pierde con el uso.
Lo impermeable, en cambio, contiene membranas de alta tecnología, compuestas por fibras de microporos lo suficientemente pequeños para impedir el ingreso de las gotas de agua y, a la par, permitir la salida de la humedad del cuerpo. En suma, los artículos impermeables suelen ser más costosos, pero su duración es mayor.
Vístete de acuerdo con la ocasión
No es un consejo sobre la moda. Más bien, se insta a elegir con esmero la ropa según la diversión o ejercicio físico que se lleve a cabo y conforme a la temperatura exterior, puesto que existe una notable diferencia entre una corta caminata para tomar el transporte público al dirigirse al trabajo, por ejemplo, y una jornada intensa de práctica deportiva.
Las tiendas especializadas en la venta de ropa y calzados de invierno alojan secciones para cada deporte y también para la vida en la ciudad. Conviene seguir las sugerencias de los vendedores, en caso de dudas. Algunos conjuntos básicos, como la ropa térmica de la primera capa, los gorros, los guantes y las bufandas, se usan en casi todas las ocasiones. Sin embargo, otros artículos, de la capa exterior, varían en forma, tamaño y peso, en correspondencia con el ejercicio físico planificado.
Lleva ropa adicional
Por momentos, surge la urgencia de cambiarse alguna prenda de ropa para preservar el calor corporal. Por ejemplo, cuando se termina una jornada de práctica deportiva, la ropa de la primera capa debe sustituirse por otra limpia y seca.
Se aconseja, igualmente, llevar pares de medias adicionales, así como gorros, bufandas y guantes extras, por si acaso se necesita una protección contra el viento o la humedad.
Utiliza lentes y protector solar
Durante el invierno nos sentimos reconfortados con el sol, apreciada fuente natural de luz y calor. Sin embargo, la exposición a los rayos solares debe hacerse de manera responsable, para impedir el deterioro de la piel y de la vista. Tampoco deben olvidarse los lentes de sol con los cristales adecuados (protección UV) para evitar las lesiones oculares, especialmente en la nieve.
Asimismo, las cremas que contrarrestan los rayos UV, UVA y UVB son esenciales para librarse de los daños solares a la piel.
Cuida la ropa de invierno
Adquirir el atuendo de invierno equivale, en muchos casos, a una inversión costosa. Por esa razón, se impone la obligación de lavar y guardar los artículos al final de la temporada, de modo que se mantengan en buen estado por varios años. La mayor parte del vestuario trae instrucciones de lavado en las etiquetas, que vale la pena conservar para asegurarse de seguir siempre los procedimientos señalados.
Las piezas de lana, merino y otras fibras naturales no se meten en la secadora, porque se encogen. Las bufandas, gorros, artículos para proteger la cara y algunos tipos de guantes deben lavarse con regularidad, ya que absorben mucha humedad de la piel.
Una vez que la estación invernal ha pasado, se sugiere guardar los abrigos y otra ropa de invierno en bolsas y cajas plásticas, para aislarlos de la humedad. El calzado para que mantenga su forma, se almacenan en cajas.