“Pensé muchas veces en dejar de estudiar, pero la vocación puede más”

Durante tu estadía en UDLA, tuviste que compatibilizar el trabajo con los estudios, más realizar tu labor de madre, ¿cómo resultó ser aquello?
Cuando ingresé universidad, estaba emocionada, no obstante, al poco andar el esfuerzo de estudiar y trabajar me fue pasando la cuenta. Cuando tienes que estudiar, luego irte a trabajar, para finalmente llegar a tu casa pasadas las 23:00 horas, todo se hace cuesta arriba; pierdes tiempo de calidad con tus hijos y descanso.

¿Pensaste dejar de lado tu carrera en algún momento?
Efectivamente. En segundo año de carrera decidí desertar. De hecho, tenía todo listo, estaba segura de que había reprobado la asignatura de biomecánica, pero me llamó una compañera felicitándome porque había sido la nota más alta del examen. En ese momento me dije que tenía que seguir, que eso era una señal.

¿En que trabajas actualmente y cuáles son tus expectativas a futuro?
Me desempeño como terapista ocupacional del Programa de Reinserción Social del Centro Penitenciario Colina I. Entre mis metas largo plazo, espero seguir especializándose en mi área y poder gestionar proyectos que puedan ser de ayuda para la comunidad.